Entrevista: Rosa Araujo
Filiación: anarcocristiana, lesbiana.
A mí me llamaba puta mientras me explicaba lo que realmente era una drag-queen: “Un hombre que se viste de mujer con fines políticos para cuestionar los géneros, la homofobia y el heterocentrismo”. Con Shangay aprendías a ser menos hombre y, por lo tanto, mejor hombre.
- Aquellos locales de ambiente en Chueca fueron importantísimos para la normalización. El día que yo encontré a Verónika en el Chez-moi, yo había llevado a unos amigos de Albacete y les decía: “Mira, perdonad un momento. Si venís en plan de lo que venís, a encontraros puterío, aquí no vais a pillar nada”. Y, de repente, la Vero se vuelve toda guapa y pintada y con su peluca, y dice con acento muy andaluz: “Uy, depende”. Y me dio algo que me quedo yo con la cosa... La voz, ¿sabes? O no sé. El instinto. En los días siguientes, me dio por andar de sitio en sitio por Chueca buscando referencias de la Vero. ¿Vosotros no conocéis a una chica que ha venido de Andalucía y es así y asá? No, no, no, no sé nada...
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Fuente: Revista Contexto (ctxt.es). Autor: Aníbal Malvar @anibalmalvar